jueves, 19 de julio de 2018

Nunca nos sentimos tan latinos como en el metro de Tokio.


Nunca nos sentimos tan latinos como en el metro de Tokio. La bebita, inquieta, curiosa y un poco hiperquinetica, encontró divertidísimo colgarse de las manijas estando en brazos y señalar con el dedo los dibujos que aparecen en carteles y pantallas del modernísimo vagon. Los japoneses, por su parte, viajan en el metro con una ensayadísima coreografía de silencio y quietud. Nada los perturba, por supuesto, y jamás antepondrían una queja frente a nuestros ruidos y nuestros bagayos difíciles de acomodar. Pero desde esa silenciosa calma, uno percibe la moción de censura. El contraste entre distintos modos de habitar el espacio y el tiempo en un enclave público como el metro, pone en evidencia tanto nuestra percepción de los japoneses como estructurados, con un ritmo de vida mecánico, como nuestra propia (y siempre reprimida) explosión latina de risas, gestos de cariño, etc. Por momentos deben vernos como gringos, porque hablamos en inglés (con ellos). Pero creo que en el metro se dan cuenta que venimos de Sudamérica.

2 comentarios:

  1. Ahhh... a cada rato entro al blog para ver si hay un nuevo capítulo de esta serie.... Que me resulta de lo más esperado en este último tiempo....y como a cada rato entro y siempre es ésta, la última publicación de ustedes, creo que la podría decir de memoria... Porque la leí cada vez....para apaciguarar mi ansia.... Los quiero.. no tomen esto como una presión, pero....

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