viernes, 20 de julio de 2018

Kamakura

El templo Hase-dera (長谷寺) es uno de los tres o cuatro que pueden visitarse en Kamakura, ciudad cercana a Tokyo en la que pasamos un día entero. Este templo tiene la particularidad de que está íntegramente dedicado a los niños. Si un niño está enfermo, o incluso si un embarazo viene complicado, éste es el templo adecuado para ir a dejar ofrendas y rezar.
Está rodeado de una obra de arte botánica que hace que uno se quede realmente con la boca abierta. Eso que pensamos los latinoamericanos respecto del talento de los japoneses para realizar jardines impresionantes, es absolutamente cierto. Y Hase-dera es un ejemplo impecable.

Cuando un niño muere, además, se representa su recuerdo con una estatua llamada "Jizo", y como este templo está dedicado a los niños y a sus almas existen entonces filas interminables de estatuas representando cada una de ellas a un niño cuya alma es protegida por estas deidades.

Otro de los templos de Kamakura tiene la particularidad de tener un Buda gigante, dentro del cual uno puede meterse y apreciar los sofisticados instrumentos de construcción que se emplearon hace casi 800 años para crearlo.

Y si se trata de construir cosas grandes, los japoneses no se quedan nunca quietos. Si no véase este enorme Transformer ubicado en la puerta de un centro comercial de Odaiba.

Y finalmente, hay que decirlo, Kamakura tiene unas playas que casi casi se acercan a las de la Costa de Oro de Canelones, y que con los días super calurosos que hacen aquí, vienen bárbaro.



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