Está rodeado de una obra de arte botánica que hace que uno se quede realmente con la boca abierta. Eso que pensamos los latinoamericanos respecto del talento de los japoneses para realizar jardines impresionantes, es absolutamente cierto. Y Hase-dera es un ejemplo impecable.
Cuando un niño muere, además, se representa su recuerdo con una estatua llamada "Jizo", y como este templo está dedicado a los niños y a sus almas existen entonces filas interminables de estatuas representando cada una de ellas a un niño cuya alma es protegida por estas deidades.
Otro de los templos de Kamakura tiene la particularidad de tener un Buda gigante, dentro del cual uno puede meterse y apreciar los sofisticados instrumentos de construcción que se emplearon hace casi 800 años para crearlo.
Y si se trata de construir cosas grandes, los japoneses no se quedan nunca quietos. Si no véase este enorme Transformer ubicado en la puerta de un centro comercial de Odaiba.
Y finalmente, hay que decirlo, Kamakura tiene unas playas que casi casi se acercan a las de la Costa de Oro de Canelones, y que con los días super calurosos que hacen aquí, vienen bárbaro.
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